La Carga de Leña
LEYENDAS DEL FAMOSO BANDOLERO LUIS MUÑOZ GARCIA CONOCIDO COMO EL BIZCO DE EL BORGE.
LA CARGA DE LEÑA
Luis Muñoz García, conocido como "El Bizco de Arborge", fue el bandolero más famoso de la provincia de Málaga en la segunda mitad del siglo XIX. De este personaje se cuentan numerosas anécdotas que forman ya parte del acervo cultural de la localidad de El Borge.
Según se cuenta Luis Muñoz García era un hombre alto, fuerte, de grandes espaldas, tez morena y afortunado en sus relaciones con el sexo femenino.
Entre las personas mayores de esta localidad, se cuenta que en cierta ocasión un pobre y anciano agricultor transitaba por una estrecha vereda cerca de la localidad de El Borge, el anciano tiraba de un viejo y delgado burro cargado de leña cuando divisó a lo lejos un jinete a caballo que se le acercaba a gran velocidad. Cuando éste llegó a su altura comprobó estupefacto que el citado jinete era El Bizco de Arborge.
Al llegar El Bizco de Arboge a la altura del anciano bajó de su caballo y preguntó a éste hacia dónde se dirigía, a lo que el anciano respondió que se dirigía a El Borge para vender la leña que transportaba en el burro. En ese momento el Bizco se giró hacia el burro y dándole una fuerte patada lo echó a rodar por el barranco existente junto a la vereda.
El anciano al ver rodar su burro empezó a llorar desconsoladamente maldiciendo al cielo por su mala suerte al encontrarse ese día con el bandolero y le dijo a éste :
"Ese burro era lo único que tenía y usted me lo ha matado, ¡qué va a ser de mí ahora!"
En ese momento el Bandolero, sin decir palabra, cogió la mano del anciano y en ella dejó varias monedas de oro, diciéndole seguidamente: Toma este dinero y ve a la posada de Vélez (Vélez-Málaga) y compra allí un buen mulo.
El anciano cambió de aspecto y dando saltos de alegría se dirigió a Vélez ese mismo dia, donde compró el mejor mulo de la Comarca.
Varios días después, al encuentro con el anciano, el Bizco llegó a la posada de Vélez y preguntó por el dueño, una vez que lo tuvo delante le encañonó con su bocacha y le pidió que le entregara el dinero que días antes había dado al anciano.